Estamos ante cuentos estructurados por estaciones, que desde cambios temáticos y formales ofrecen diversidad de rutas frente a la complejidad de la urbe, destacando variantes de vidas cotidianas en coexistencia con nuevas focalizaciones de violencia, personajes y bestias tenebrosas o extravagantes, fantasmagorías, aventuras de ciencia ficción o policial o intergaláctica, viajes inesperados o absurdos, retorno a fabulaciones animales, intimismo existencial, conflictos familiares y amores sin idilio, erotismo tejido a la muerte, escepticismo y perplejidad, pero también risa e ironía y alternancia de escrituras intelectualizadas con oralidades urbanas.