Fernand es un vampiro enamoradizo que solo muerde con un colmillo, para evitar dejar demasiadas marcas en sus (consentidas) víctimas. Fernand es un poco ridículo cuando vuela y su problema no son los cazadores de vampiros, sino acabar de aclarar sus ideas para decidirse por alguna de las muchas muchachas con las que no puede evitar flirtear. Y conseguir, claro, que el amor le sea correspondido.
VAMPIR es un bestiario amoroso: los motores que mueven a los vampiros, hombres árbol, golems y brujas novatas que pueblan sus páginas no son el terror y la venganza, sino la pasión y la búsqueda de la propia identidad. Amparado en un argumento romántico y humorístico que tiene más que ver con su propia vida y su familia, Joann Sfar desarrolla un relato que es a la vez comedia de situación y fábula universal, abordando temas como el amor y la pérdida, el deseo y la sensualidad, en una narración de largo aliento cargada de humanidad y que conecta con el público de toda edad y condición. Lo hace con ayuda de su dibujo orgánico, apremiante y vivo, heredero de otros grandes como Sempé y Quentin Blake, y lo hace además gracias a la naturalidad aparentemente improvisada de sus chispeantes diálogos.
VAMPIR es un crisol del Sfar más auténtico, elaborado, juguetón e inspirado. Este primer volumen integral agrupa los cuatro primeros tomos de la serie VAMPIR. El universo de VAMPIR es uno de los más ricos de todos los creados por Sfar, que en esta serie ha volcado a la mayoría de sus creaciones sobrenaturales y a personajes provenientes de otras series, como el profesor Bell.
Joann Sfar (Niza, 1971) es lo más parecido a una estrella del rock dentro del panorama del cómic europeo. Sus cómics han recibido distinciones en países como Estados Unidos, Alemania, Bélgica y Noruega, y en su Francia natal ha recibido varios premios concedidos por el Festival Internacional de Cómic de Angulema el más importante de Europa, incluido el máximo galardón, el Gran Premio de la Villa de Angoulême, generalmente reservado a autores de avanzada edad y con una larga trayectoria y que el dibujante recibió con tan solo 31 años. Sfar es, muy probablemente, el autor que mayor influencia ha ejercido sobre sus colegas de profesión en la última década en todo el mercado francófono del cómic, y sigue sin aparecer un dibujante capaz de hacerle sombra a nivel creativo.