En esta novela, que cierra la saga de Cedrón, Rojas Herazo despliega toda su capacidad narrativa en una trama que gira alrededor de la historia de Anselmo y su abuela, una mujer llamada Celia que nació en 1855 y vivió 93 años, de los cuales 77 años los pasó en Cedrón con su esposo y sus hijos.
Al decir de Jorge García Usta, “Celia se pudre es, también, una gran burla de la mentira como modo ostentoso de relación y una denuncia de todas las formas de poder y alienación que engañan y enloquecen al hombre, destruyendo sus riquezas primarias, y el predio sagrado de su elementalidad, la claridad de sus instintos y el ejercicio de su compasión, en donde estaría la única posibilidad de salvación.”