Niños rebeldes
Niños Rebeldes
En el marco de nuestra exposición en la Galería Nido titulada «Rebeldía y grotesco en la literatura», la producción literaria infantil tiene sendos representantes, como lo son las obras de Edward Gorey, Maurice Sendak, Edward Lear y Roald Dahl, entre otros. Destaca un libro que por su uso desbordado del humor y la fatalidad produce imágenes y figuras que ejemplifican la expresión del grotesco dentro de la literatura. Esa sensación de desajuste y desacomodo, pero a la vez de reconocimiento de una representación certera y adecuada de una situación, es en sí misma la virtud de esta coyuntura de expresiones que conocemos como el grotesco. Un mezcla de repulsión pero de goce, de temor y humor, son evidentes en obras como esta de Pedro Melenas de Heinrich Hoffman.
Niños Rebeldes

Pedro Melenas y compañía
Heinrich Hoffmann
Traducción de Víctor Canicio
Edición de Gustavo Puerta
Madrid: Impedimenta

Reseña: Fanuel Hanán Díaz Acosta

Pedro Melenas, publicado por primera vez en 1845, está considerado como uno de los libros más crueles de la historia de la literatura infantil. Este curioso libro contiene historias que hablan acerca de niños indóciles, caprichosos o distraídos que reciben castigos muy severos por su desobediencia. Los textos rimados y las ilustraciones en cromolitografía se conjugan sabiamente en esta obra, llena de humor, situaciones exageradas y un particular concepto de infancia.

Probablemente hoy en día muchos padres se pueden sentir incómodos ante el desarrollo de las anécdotas: un niño muere de inanición por no tomarse la sopa, una niña se incendia por jugar con fósforos y a un niño que no deja de chuparse los dedos, le cortan los pulgares. Imágenes vívidas de colores brillantes soportan la tesis del autor, el psiquiatra alemán Heinrich Hoffmann, de que más que reprochar a los niños había que presentarle imágenes impactantes de lo que podría acarrearles desobedecer las advertencias de los adultos. Aunque Hoffmann escribió otras obras para niños e hizo importantes aportes a la psiquiatría, en todo el mundo se le conoce por este libro que tuvo un impacto más allá de sus fronteras geográficas y temporales. El personaje central, un niño desgreñado con las uñas larguísima que se para sobre un pedestal, fijó un fuerte arquetipo visual que penetró otros campos culturales. Muchas obras posteriores retomaron este personaje para hacer caricaturas políticas, entre las más famosas se destaca la de Hitler El desgreñado. Además de generar una tendencia en la producción de libros infantiles, la obra ha tenido una enorme repercusión en el mundo de la literatura, el cine y el arte. En 1891, Mark Twain tradujo del alemán el libro, muy apropiado por el espíritu de sus propios personajes literarios como Tom Sawyer y Huckleberry Finn.

Además de las incontables ediciones y traducciones, incluso al latín y al yidis, esta obra sigue siendo un referente importante para entender un concepto histórico de infancia y vislumbra pulsiones sadomasoquistas colectivas. El carácter exagerado de los eventos y el humor negro de las ilustraciones tienen mucho que ver con un molde para de crear un discurso renovador y opuesto a los libros moralistas del momento, así como un ensayo para probar teorías psicológicas de control. Este libro despierta un especial interés para el estudio cultural de la infancia y representa un hito insoslayable en la producción de libros para niños en el siglo XIX.

Struwwelpeter, from a 1917 edition.

Struwwelpeter, from a 1917 edition.

Review: Fanuel Hanán Díaz Acosta

Shock-Headed Peter, published for the first time in 1845, may be one of the cruelest books in the history of children’s literature. This curious book contains stories about unruly, capricious and distracted children who receive severe punishments for their disobedience. The rhymed texts and the chromolithographic illustrations combine to create a humorous work full of exaggerated situations and a particular concept of childhood.

Today many parents will most likely feel uncomfortable with the development of the stories: a child dies of starvation for not eating his soup, a girl catches fire from playing with matches, and a boy has his fingers cut off for continuously sucking his thumbs. Vivid brightly-colored images support the thesis of the author, the German psychiatrist Heinrich Hoffmann, that children, rather than being reproached, should be exposed to shocking images of what disobedience of adult warnings could lead to. Although Hoffmann wrote other works for children and made important contributions to psychiatry, he is known throughout the world for this book.

The central character, a disheveled boy with extremely long nails who stands on a pedestal, establishes a strong visual archetype that influenced other cultural fields. Many later works took up this character to make political cartoons, among the most famous that of Shock-Headed Hitler. In addition to generating a trend in the production of children’s books, the work has had an enormous impact in literature, cinema and art. In 1891, Mark Twain translated the book from German, finding a connection with the spirit of his own literary characters such as Tom Sawyer and Huckleberry Finn.

In addition to the countless editions and translations, even into Latin and Yiddish, this work continues to be an important reference point for understanding the historical concept of childhood and observing collective sadomasochistic impulses. The exaggerated nature of the events and the black humor of the illustrations have much to do with creating a template for refreshing discourse, quite different from the moralistic books of the time. Also, the book is an essay on testing psychological theories of control. In the cultural study of childhood, Shock-Headed Peter represents a milestone in the production of children’s books in the 19th century.

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