

“Un ratón solitario vivía en una pequeña casa cerca al gran palacio. En este palacio vivía un gato.”
Así comienza esta historia, tranquila y reflexiva, para todos los lectores a quienes les gustan las tramas que no ofrecen un final cerrado, unívoco, sino la posibilidad de encontrar en los puntos suspensivos otras alternativas o resoluciones.
El ratón desea saber si el gato que ve en lo alto del castillo cada noche, es o no su amigo. Decide un día subir a la torre y entra al palacio de forma sutil por un pequeño agujero. Tamaña tarea le toma prácticamente un día entero, siendo el tan pequeñito en relación con lo más alto de lo torre, donde se aloja el gato.

En este recorrido, el pequeño raton no deja de cavilar, ¿será el gato mi amigo o mi enemigo?, y la sempiterna pregunta, – tal como ser o no ser-, reviste al relato de ambivalencia e incertidumbre, complementado por ilustraciones en una paleta de colores también nebulosa. Llegado al umbral de la habitación, el gato posa de espaldas en medio de la penumbra, aún sin notar la minúscula presencia del ratón. Sigue mirando por la ventana hacia la casa que yace debajo, donde noches anteriores él y el ratón han estado observándose. El ratón reúne su coraje, decide a salir de la duda e interpela al gato: “Are you friend or foe?”. El gato tomado por sorpresa se vuelve para ver quien le habla, pero cae por la ventana, aterrizando en cuatro patas al pie de la casita, desde donde tan sólo hasta el día anterior miraba hacia lo alto del castillo el ratón.

La pregunta, -¿amigo o enemigo?-, queda suspendida en el aire. El gato es acogido por la dueña de casa que le ofrece albergue siempre y cuando prometa deshacerse de un pequeño ratón molesto que por allí anda. El gato sube al techo de la casa y desde allí contempla ahora al ratón que mora en lo alto del castillo. Cada noche se siguen mirando… y la pregunta persiste, ¿amigos o enemigos?

John Sobol ha construido un relato conciso pero complejo, en el que el lector deberá mediar entre lo dicho y lo sugerido para plantear un resolución a la cuestión central, si es que tal respuesta existe. Pues la naturaleza propia de la relación entre el gato y el ratón, adversarios, cazador y presa, es interrumpida por la brecha que establece el espacio. Dasha Tolstikova acentúa esta imposibilidad, la de cazar o ser casado, por una puesta en página que contrapone lo alto con lo bajo; la alternancia entre los diseños de páginas: imágenes sangradas, que desbordan los limites, versus otras enmarcadas en círculos dando la impresión de ser acontecimientos simultáneos pero en espacios distantes.
Si por un accidente, un giro en la trama, sus lugares se intercambian, ¿significara también que habrán cambiado su visión del otro? Antes pasaban horas mirándose cada uno desde su morada, en un ejercicio que parece exploratorio, pero también existencial. Mirarse para encontrarse, para reconocerse, para no estar solos. Ahora, al cambiar las circunstancias, cambia también la escena: gato desde el tejado de la casa y raton en lo alto de la torre. Pero siguen cada noche mirándose y la pregunta sigue siendo una cuestión. Tal vez esta es en sí una respuesta.

Friend of Foe ?
John Sobol
Dasha Tolstikova (Ilus.)
Groundwood Books